El entrenador Horacio Bastit, al bajar del avión, presentó la verdadera importancia del resultado en el torneo: “Nos dio un oxígeno importante. Cuando uno renueva buena parte de un grupo que sufrió una caída dolorosa luego de quedar fuera del Mundial, con las expectativas que tenía, y cuando las cosas salen bien, fortalece mucho al conjunto. Esto nos da confianza para el futuro”.
El equipo nacional consiguió sumar 26 puntos para el Ranking Mundial, lo que lo acercará al lote de los 20 mejores equipos.
Según Bastit, Argentina logró la medalla de plata “porque hubo un equilibrio muy importante en un torneo en el que puntuaron todas las jugadoras. Fue muy bueno jugar partidos previos porque nos dio un gran ritmo y, sobre todo, pudimos jugar sin lesiones, siempre con el mismo equipo. Eso consolidó bien al grupo”.
Entre las jugadoras, la opuesta argentina Leticia Boscacci, aseguró que el equipo “afrontó el torneo sabiendo que había mucho en juego, que dependía de nosotros. Teníamos una revancha posible, y las cosas se dieron para bien. Fue una pena que las cosas no se dieron antes, pero esto nos sirve para creer en nosotras”.
Según la jugadora cordobesa, en parte la renovación del plantel, el rendimiento individual de las jugadoras y la gira previa con equipos brasileños moldearon el rendimiento general del equipo. “La gira previa nos sirvió mucho, nos sentimos más consolidadas. Lo cierto es que estábamos todas muy dolidas, con mucha sed de revancha y dimos un pasito para buscar mejorar”.
Argentina logró presionar con el saque, y sobre todo buenos rendimientos por el centro de la red, lo que permitió descomprimir el ataque por las puntas para un mayor rendimiento general. Todo ello, sumado a la “gran disciplina táctica” rescatada en los conceptos de Bastit, conformaron una buena plataforma para el futuro del equipo nacional femenino de la Argentina. Se trató de la última competencia de la temporada para la Selección Femenina.
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